- Por el mismo le otorgaron el Premio Nobel 2016 al japonés Yoshinori Ohsumi
- La palabra clave: AUTOFAGIA.
La autofagia como fenómeno celular en que una célula se consume a sí misma se conoce desde la pasada década de los 60s, por ejemplo, se sabía que si no comemos esta se estimula, lo que causó gran temor entre muchos expertos en salud: “desayuna para evitar la autofagia”, “si no desayunas se quemarán proteínas” y otras afirmaciones parecidas.
Sin embargo, el fenómeno de la autofagia y su verdadero significado era desconocido; pero el Dr, Yoshinori Ohsumi se dedicó a estudiar esto por más de 20 años, haciendo descubrimientos que nos hacen cambiar, para bien, algunos paradigmas de la salud y, por ello, recientemente le otorgan el Premio Nobel de Medicina y Fisiología con todo merecimiento.
LO QUE EN REALIDAD SUCEDE:
El organismo para mantenerse vivo y sano está en permanente renovación y parte importante de esta renovación, a nivel celular, es la autofagia.
Cuando una parte de la célula ya no funciona bien porque se ha alterado o envejecido, la misma célula rodea a esta parte de una membrana (proveniente de retículo endoplasmático) y se forma una vacuola, como una gran bolsa de basura, que hoy se llama autofagosoma.
Lo interesante es que, al prestarle atención a esta vacuola, los investigadores descubren que pronto los lisosomas vierten su contenido enzimático en ella descomponiendo el material allí presente (como una especie de digestión).
El material final de este proceso es principalmente aminoácidos y otros nutrientes, que la célula recicla para fabricar nuevas estructuras y así renovarse. En otras palabras, la naturaleza realiza un eficiente reciclaje de desperdicios desde hace millones de años, así que no hay nada nuevo en esto tan de moda, solo que ella nos muestra que este es el camino correcto.
Además, hay una parte residual en la vacuola, una vez realizado este proceso, que permanece en la célula como un depósito y que bajo ciertas circunstancias puede ser arrojada al exterior de la célula.
EL EFECTO:
El proceso de autofagia mantenido óptimamente evitaría el envejecimiento y el daño celular.
Ahora bien, cuando la autofagia, se enlentece envejecemos más y más, los músculos se atrofian (sarcopenia), se desarrollan cánceres, diabetes, Alzheimer, el Párkinson y otras enfermedades crónicas.
Los investigadores se preguntan cómo estimular la autofagia, para reparar los tejidos del organismo y “detener” el envejecimiento y ya han encontrado parte importante de la respuesta.
Por ahora sabemos que el mecanismo más importante para estimular la autofagia es la inanición. Cuando hay falta de alimentos o el aporte es muy chico, se activa la autofagia para que por reciclaje se puedan obtener los materiales necesarios. Es intensamente activada como un mecanismo de supervivencia.
Pero lo más interesante es que la autofagia es inteligente, se acelera selectivamente en las zonas de reserva, enfermas o envejecidas.
Por esto, en los animales de experimentación sometidos a condiciones en las que se estimula la autofagia, se retarda considerablemente el envejecimiento (e incluso dentro de ciertos límites se puede revertir), se evitan estas enfermedades ya descritas, si se tienen pueden mejorar mucho y eventualmente revertir.
El otro mecanismo en estudio, que ha resultado útil para acelerar la autofagia, es el ejercicio físico. Pero para que este active la autofagia, se requiere que dure lo suficiente, al menos 30 minutos diarios y que, al menos, una parte de él sea de alta intensidad.
NUESTROS COMENTARIOS:
- Los comentarios de otros investigadores de la salud, candidatos al mismo premio, son que este fue bien merecido, por la importancia que tienen los descubrimientos del Dr. Ohsumi.
La autorregulación orgánica es la base de la salud y de una vida larga, sus alteraciones nos llevan a la enfermedad, discapacidad y muerte prematura, ahora sabemos que la autofagia es parte fundamental de la autorregulación.- La autofagia es el gran secreto de la eliminación de desechos y asimilación a nivel celular que buscó afanosamente el Dr. Alexis Carrel, otro Premio Nobel del siglo pasado, que según él podría ser la base del control del envejecimiento y alargamiento de la vida por siglos.
- Por ahora, tenemos tres herramientas para acelerar benéficamente este mecanismo avanzado de reparación: el ayuno, las dietas muy bajas en calorías y el ejercicio físico adecuado.
- Ya no es una locura levantarse, tomar un vaso de agua caliente y luego salir a realizar ejercicio sin haber comido nada, para estimular realmente la autofagia.
- Un detalle, se considera que si el 30% del ejercicio que realicemos es de alta intensidad, la activación de la benéfica autofagia es más intensa. De todos modos, debe durar al menos 30 minutos.
- Si realizamos ayunos periódicos, si tenemos días en que comemos muy poco, si hacemos del ejercicio físico un hábito, estaremos haciendo por nuestra salud más que cualquier otro procedimiento conocido.
- Esto no desdice del comer con calidad y otros aspectos importantes de un estilo de vida sano, sino que abre una puerta gigantesca hacia la salud de larga duración.
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