Dr. Rafael García Chacón.
Cuando un niño pequeño tiene riesgo de llegar a ser alérgico, la recomendación para prevenirla suele ser indicar una fórmula láctea hipoalergénica.
Las fórmulas hipoalergénicas son leches de vaca pero hidrolizadas. Es decir que su contenido de proteína ya ha sido descompuesto en fracciones más pequeñas. Se supone que esto reduzca el riesgo de aparición de alergias.
Las leches hidrolizadas son más costosas que las fórmulas lácteas infantiles.
Organizaciones de pediatría, organismos nacionales de control de los alimentos como la FDA de EEUU y las de los gobiernos latinoamericanos en general, recomiendan estas fórmulas hidrolizadas como protectores frente a las alergias o retrasadoras de su aparición… PERO EN REALIDAD NO SON ÚTILES.
El más importante estudio sobre el tema realizado hasta la fecha es muy reciente. Se trata de un metaanálisis que recogió lo publicado en los últimos 70 años, llegó a la conclusión de que las fórmulas hidrolizadas, llamadas comercialmente hipoalergénicas, no previenen ni el eczema, ni el asma, ni las alergias, ni la diabetes del niño.
Para el estudio se incluyeron los datos de 37 estudios que se realizaron entre 1946 y 2015. Eran más de 19,000 participantes.
FUENTE: Robert Boyle, del Colegio Imperial de Londres, Inglaterra; BMJ, news release, March 8, 2016.
ANÁLISIS DEL AUTOR:
• Es importante revisar las actuales directrices que recomiendan el uso, en estos casos, de tales costosas leches, ya que no tienen un soporte adecuado en evidencias, sino lo contrario.
• La aprobación de las normas actuales viene de la época en que poco se les prestaba atención a los posibles conflictos de intereses de los autores de las investigaciones (por ejemplo si eran empleados de las empresas productoras de estas fórmulas lácteas o recibían fondos de las mismas). Otro hecho podía suceder es que los estudios fueran financiados por las empresas productoras de leche quienes sesgaban los resultados.
• Este mismo metaanálisis encontró ambas cosas en los estudios que respaldaban el uso de las leches hidrolizadas, tanto conflicto de intereses como sesgo en las investigaciones.
• Lo más adecuado para prevenir la aparición de estos problemas, según las mejores evidencias disponibles es, en primer lugar, una alimentación biocompatible de la madre durante el embarazo y, en segundo lugar, la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis a nueve meses de vida de los bebés.
Si deseas saber más acerca de estos temas recomendamos revisar nuestros libros “La Alimentación Biocompatible” y “El Código Alimentario”.
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